Amortiguador social
Me
preguntan de que trata el convenio de los empresarios con el gobierno federal
para atender el desastroso tema de la pobreza. En el papel son puntos que
tienen que ver con la generación de empleos, la creación de empresas sociales,
la ayuda para la comercialización de los productos de éstas, la canalización a
las mismas de acciones y recursos para generar cadenas de valor como son asistencia técnica, capacitación y acompañamiento, el
reconocimiento público a las compañías que abran sus espacios laborales a
grupos vulnerables. Incluye involucrar a las organizaciones de la sociedad
civil en tramos de la ejecución y la visualización. Son paliativos, me dirán. Pues si, tampoco es
la solución definitiva, pero no estamos para despreciar nada que ayude. Pese al
crecimiento económico, la pobreza en México no cambia. Es mas, no se ha logrado
disminuir en 25 años.
Sin embargo, lo que
me interesa resaltar es la reacción empresarial ante el tema. Han tomado el
discurso -e incluso parte de la terminología- que en otros tiempos era propia
de los sindicatos, las organizaciones civiles y los partidos de oposición.
Entre sectores de empresarios se ha puesto de moda hacerse catalogar y
certificar como "socialmente responsables" o "socialmente
incluyentes" como dice el acuerdo en cuestión.
No es la suya una
motivación altruista (sin negar que exista) sino una racional preocupación
(que, obvio, incluye la rentabilidad) frente a una condición social de
inestabilidad, inseguridad y llena de contradicciones y desigualdades extremas
que desde hace rato apuntan para estar fuera de control. Más que correctivas, están tomando medidas
que se antojan precautorias.
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