La letra hispana desafía a Trump
Donald Trump se
complace a sí mismo, día tras otro, tratando de normalizar en el ánimo
anglosajón norteamericano el discurso discriminatorio, racista. Los policías se
dan vuelo en las calles acribillando con cualquier pretexto a personas de
color: "Si no fuera negro no lo habrían matado" dicen en la comunidad
afro, mientras el magnate endereza su arenga contra los inmigrantes
mexicanos y en general contra los
hispanoparlantes. El sentimiento de rencor lo está estimulado ese siniestro
personaje que esperemos no alcance la silla presidencial que anhela.
Las palabras tienen
un contenido y la lengua en que se dicen, también. Por eso adquiere relevancia
que paralelamente a los barbarismos de Trump se esté abriendo por primera vez
en la historia de los Estados Unidos y nada menos que en Texas, en la Universidad
de Houston, el doctorado en Escritura Creativa en español. Parece cualquier
cosa, pero no lo es. Ni se restringe a un asunto meramente académico. Es el
reconocimiento institucional al más alto nivel cultural de una larga y dolorosa
(vale decir sangrienta) implantación de la lengua española en esas tierras.
Lo he visto en el blog de la extraordinaria escritora Cristina Rivera Garza quien con su
persistente trabajo de este lado y aquél es parte responsable del
acontecimiento. Dicho en sus palabras: "No hay, luego entonces, proyectos
de escritura inocentes o neutrales. Iniciar un doctorado en Escritura Creativa
en Español en los Estados Unidos de hoy —un país en que la retórica violenta
del candidato republicano a la presidencia ha normalizado el discurso contra la
inmigración y, especialmente, contra el español— es, en efecto, una postura a
la vez estética, ética, y política.
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