Unidad nacional sin abandono social


Foto: CONAGO

El Estado mexicano se atrinchera frente a la amenaza externa que se llama Donald Trump. "No habrá diferencia política que nos impida la unidad" dice la declaración resolutiva de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) realizada el fin de semana en las costas de Oaxaca. Los gobernadores en pleno rechazan las políticas racistas, xenofóbicas y misóginas que anuncia el mandatario electo de Estados Unidos y se proponen la coordinación entre autoridades diplomáticas, políticas, educativas, de salud, de economía, seguridad, migratorias y del trabajo para implementar acciones a favor de los migrantes mexicanos y sus familias en el país vecino del norte. Se construirá una agenda temática "con diálogo y con visión pragmática que incorpore los intereses compartidos de ambas naciones" dijo el presidente Peña en esa misma ocasión.

Muy bien equipo. Parece haber una causa común que en esta hora unifica a la absoluta mayoría de los mexicanos.

No obstante, ello no puede ser pretexto para obviar, ahogar, evadir o abandonar la atención sobre temas y problemas internos que son urgentes de atender para atemperar las condiciones críticas que afectan a la sociedad mexicana.

En la misma sesión, el recién incorporado gobernador de Chihuahua, Javier Corral, propuso el establecimiento de un nuevo marco jurídico para la coordinación fiscal con el fin de que se establezcan formas nuevas de distribución de los recursos fiscales que se canalizan de la federación hacia los estados, porque "el actual esquema está en el pasado".

En ese viejo esquema la discrecionalidad y la falta de controles predominan. Según un detallado estudio de la asociación civil México Evalúa, más del 40 por ciento de las transferencias hacia las entidades no cuentan con reglas de operación y se prestan para su uso y abuso sin que haya claridad sobre su destino. En los hechos, ya sabemos, hay gobernadores que se las gastan como les da la gana, en beneficio personal, cubriendo las formas con papelería y sin preocuparse rendir cuentas verdaderas. Algo similar sucede con las autorizaciones para contratación y aplicación de deuda pública local.

El gobernador Corral hizo una detallada exposición de los apremios financieros de su entidad, producto del saqueo del gobierno anterior, situación que se ha repetido en entidades como Sonora, Veracruz y Quintana Roo, por mencionar las que están en boga de la opinión pública.

La respuesta que recibió fue poco menos que decepcionante: Habrá algunos mecanismos y vías de apoyo para respaldar en el saneamiento financiero en aquellos estados que así los demanden, pero el gobierno federal tiene alcances limitados y no puede sustituir ni remplazar lo que está en las atribuciones y responsabilidades de los gobiernos estatales, habría dicho Peña Nieto.


En abono a la necesidad de modificar el enfoque de la distribución de los recursos públicos federales, en la sesión privada de gobernadores el también recién integrado gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, propuso demandar como prioritario que se reconsidere la integración del Presupuesto de Egresos de la Federación para destinar más recursos al desarrollo y la atención de las zonas con rezago social que se presenta, con mayor énfasis, en las comunidades indígenas identificadas en las entidades del sureste. Más recursos para la política social de los estados.

Debe observarse con atención un hecho sobresaliente: el nuevo gobernador del estado emblemático del turismo hacia el país, Quintana Roo, la ventana de México hacia el mundo, no asumió, como algunos suponían, el relevo de la Comisión de Turismo de la CONAGO, misma que presidió su antecesor en la gubernatura. Por el contrario, ha sido nombrado para encabezar la Comisión de Desarrollo Social y Pueblos Indígenas.

La decisión lleva un mensaje implícito que no puede obviarse. Se necesita continuar con la promoción del turismo, sí, -tema en el cual el gobernador Carlos Joaquín ha dedicado su esfuerzo personal y profesional como el experto que es-, pero hay una urgencia social de deterioro que obliga a atender a los grupos más vulnerables no sólo de la localidad sino de todo el país. Desafío que el gobernador no evade desde la relativa comodidad de quedarse en la trinchera más conocida, la actividad económica más exitosa del momento, sino que lo enfrenta y lo asume desde una responsabilidad nacional. Un gesto digno que debe ser puesto en la dimensión que merece, pero sobre todo respaldado.

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