Evasión, peso pesado de la corrupción.

Hace unos días el titular de la SEDESOL, Luis Miranda reconoció ante la prensa que detectaron siete casos de corrupción en el Programa de Apoyo a los Adultos Mayores, por un monto total de 19 millones de pesos. No dice cuántos abuelitos (de Veracruz y Tabasco principalmente) se vieron impedidos de recibir el apoyo en su momento, ni si fueron compensados. El caso es que 493 promotores sociales estuvieron involucrados, haciéndose pasar por los beneficiarios. La sanción: fueron suspendidos. Esperemos que el castigo por esos actos inmorales e infames no se limite a eso.



Es el tipo de casos que prolifera en los medios y nos tiene afamados. Reiterado es decir que Transparencia Internacional coloca a México en la deshonrosa lista de los 20 países con servidores públicos más corruptos en el mundo. El dato recientemente lo recordó la Cámara Internacional de Comercio, sede México. Y con esa nos quedamos. Regularmente por ahí nos vamos: gobernantes igual a corrupción. Listo. ¿Pero es todo? Veamos.

En una extensa entrevista otorgada a la revista Nexos por Aristóteles Núñez, quien fuera el titular del Sistema de Administración Tributaria (SAT) durante todo este sexenio hasta inicios de septiembre pasado, afirma que los estudios sobre el valor económico anual de la corrupción oscilan entre el 2 y el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual podría significar la estratosférica suma de 1.9 billones de pesos, (detractores del gobierno como AMLO la calculan en 500 mil millones de pesos anuales). Depende de que se entienda por corrupción, agrega Núñez, y se inclina por aceptar la valoración más alta si se reconoce que es un fenómeno tanto del sector público como del privado.

Hay tres tipos de corrupción, insiste: la primera es la que se da en el día a día entre el ciudadano común y el acceso a los servicios públicos; la segunda es la que se da entre los proveedores de gobierno y las oficinas del propio gobierno (la más descarada, dice) y la tercera es la que se origina desde el sector privado: la evasión fiscal. Esta última es la más sofisticada y la de mayor peso por monto y porque pretende justificarse por asegurar el mayor margen de utilidad y lucro empresarial. El peso pesado de la corrupción.

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