Blue Parrot, simplemente

¿Por qué a ellos sí y a nosotros no? O como algunos dicen (y yo también): era cuestión de tiempo. Blue Parrot trae desde su vena original el sello de la casa en la que suceden cosas intensas en tiempos atribulados. Sucedió ahora justo ahí, como una especie de ironía grotesca, como todas las repeticiones históricas, aunque esta sirva para rememorar una ficción que reflejaba otra realidad igual de incierta. El mundo no tiene agarradera, ni entonces ni ahora, ni en Casablanca ni en Playa del Carmen. 

Bogart exhala mientras el amor se fuga. ¿Lo dejó ir o se quedó, mejor, con lo esencial que necesitaba?

Tanto tiempo que tardó la exprimidera de la gallina de los huevos de oro negro hasta que le tocó en suerte a Peña Nieto hacer la declaratoria oficial de extinción. El petróleo pasa a mejor vida como fuente principal de la riqueza nacional. Como otras tantas cosas contemporáneas, inimaginable que me tocara verlo. En otro entonces la crítica atisbaba que "algún día" podría suceder si las cosas seguían como iban; pero se esmeraron. "Algún día" estuvo más cerca en el calendario que en la imaginación. Palabras ofensivas no sólo por justificantes (para las medidas inmediatas como el "gasolinazo") sino también por la peste azufrosa y profunda que habla en nombre y desde el despojo, con la sorna del capital que no se cansa de expandir su injusticia. Desigualdad se le llama ahora para modernizar la retórica del despilfarro interesado.

Anunciado el retorcimiento de la gallina negra, pasó de inmediato la oficialidad a festinar los avances de la gallinita viajadora. La nueva gallinita de nuestros amores. El turismo viene (parcialmente) al rescate, incrementando sus índices para beneplácito de la economía nacional. El ombligo del turismo mexicano está en el Caribe y en eso estamos cuando... ¡Chin!

Blue Parrot nos confirma que, efectivamente, no sólo le sucede a ellos sino también a nosotros. Los criminales de ambos lados -todos lados del poliedro polimorfo que parece planeta redondo- han sido engendrados por el mismo vientre. La droga, la pólvora, la trata de personas y el tráfico de armas de fuego trasiega por los mismos hoyos. Esta gallinita viajera puede destriparse más rápido de lo deseable.

Entonces quedaremos, sin enmascaramientos, en manos de la circunstancia.

Datos de hoy confirman lo que en 2015 los grandes cerebros del capital "temían" sin hacer nada en contrario. Al contrario: Ocho personas en el mundo acaparan la riqueza equivalente a la de la mitad más pobre del planeta (3,600 millones de sufridos terrícolas, por si el dato sirve de comparativo). De otra manera: el 1% de los mega-archi-ricos del mundo acaparan más riqueza que el otro 99%. 

Para más claridad (si de algo sirve aclarar lo turbio): en 25 años el más chipo-mega-ultra-rico jamás imaginado en el planeta podrá hacer la siguiente cuenta“...necesitaría derrochar un millón de dólares al día durante dos mil 738 años para gastar toda su fortuna”.

¿Que contraste le ponemos en el otro lado? ¿La imágen de los famélicos que se mueren de hambre en Yemen? Dirán que a los afros siempre se les usa para dar lástima.Sirve, entonces, para variar, un breve video de este día sobre los refugiados en Europa. 


Oxfam, la organización internacional que ha dado a conocer el estudio sobre la concentración de la riqueza dice: “El tema principal del Foro Económico Mundial de este año es ‘Liderazgo reactivo y responsable’. Los participantes pueden empezar comprometiéndose a pagar los impuestos que les corresponden y garantizar que sus empresas paguen salarios dignos”, 

Y entonces el burro da vueltas en la noria: buena parte de esas riquezas super concentradas, reconoce, no se generaron por esfuerzo propio de los potentados sino en base a corrupciones y nepotismo. Se han fortalecido con el favor de los gobiernos que las hicieron posibles a base de no pagar impuestos. Los estados nacionales se debilitan como institución al ser utilizadas por sus administradores para enriquecerse ellos mismos y sus socios. Se les pide que ahora paguen los impuestos como un llamado de conciencia religioso, de buena voluntad y seguramente para sanar sus almas pervertidas.

La respuesta común de los empresarios es que las administraciones estatales son muy corruptas y que no hay seguridad de que su dinero vaya a parar para las funciones legítimas del Estado y para ayudar a quienes lo necesitan, sino que sería una inaceptable transferencia a manos privadas (posiblemente otras) por lo que mejor ellos hacen sus transferencias altruistas, a cuenta gotas, engañosas e interesadas para (disque) apoyar a los "desfavorecidos". Un círculo perverso, ominoso, que no tendrá solución sin romper el circuito.

Nos estaremos enfrentando de lleno con la circunstancia mientras las armas pasan de mano en mano. 

Cualquier lugar del mundo con un cierto grado de atención es bueno para atraer los reflectores del caos en estos días. Blue Parrot tiene un halo de histrionismo que invade la esfera de un universo nunca lejano. Luces de estrellato. Los protagonistas, émulos involuntarios de Pedro Navajas, seguramente no fueron tan intencionados. 

Para recordar los labios adorables (mejor deseables) de Ingrid Bergman con su sombrero de ala ancha y de medio lao.

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