El gran provocador


El Guasón sabe del histrionismo necesario para entretener, distraer y engañar. Se ríe consigo mismo para burlarse de los demás. Es un provocador profesional. Le sale muy bien porque lo único que tiene que hacer es representarse a sí mismo. Ese es su parámetro de medición para darle valor a una actuación y la suya es, como buen engreído, la única que le parece digna de reconocimiento. De artes escénicas, claro está, no sabe nada, o hace como que no sabe.

Donald Trump dice que Meryl Streep es una de las actrices más sobrevaloradas en Hollywood. El tipo no aguantó que la diva le cuestionara -con mucho estilo y sin mencionarlo- su enfermizo placer por denigrar a los demás. De todas las reacciones que ha provocado con su autodefensa destaca la del comediante y guionista Ricky Gervais: "los fascistas solían tener mejor sentido del humor cuando los actores de Hollywood se burlaban de ellos.”

Me parece que en este caso no se trata de mal humor sino de uno ácido, corrosivo y provocador. Para  congraciarse con la parte más obtusa del respaldo ciudadano que quiere “hacer grande a América otra vez”, Trump se ha propuesto desafiar a toda la iconografía de instituciones, personalidades, creencias y valores que los norteamericanos promedio dan por buenos e incuestionables. De la ONU y la OTAN a las estrellas de Hollywood y los grandes medios de comunicación; pasando por la declarada aversión a la multiculturalidad de migrantes y el irrespeto a las mujeres y las personas vulnerables. Su enfrentamiento con los servicios de inteligencia y de seguridad nacional tiene niveles de desmesura.

En algún momento se dijo que perdería la candidatura por sus bajezas, desplantes, agresiones e insultos. Lo perturbador y desconcertante es el desparpajo con el que el ahora Presidente electo se sacude los problemas mediáticos y los revierte a su favor a punta de tuitasos. Todo un caso de estudio sobre las nuevas formas de relación entre comunicación y poder. Veremos si el estilo y la estrategia le funcionan en el ejercicio de su mandato.

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