Puros Cuentos

Por: ARMANDO TIBURCIO ROBLES

Dos lecturas realizadas que se fueron quedando lejos del teclado junto con una más reciente ya acumularon un paquete de cuentos y breves relatos que voy a referir.

"Ustedes estamos locos" es la frase con que cierra la breve reseña de la contratapa de este entretenido libro que afirma, por definición, que Los niños están locos. Seguramente se debe a las dificultades que para un adulto representa tratar de desentrañar ese tramo de camino vital, que obviamente ha surcado, pero del que no se ha puesto a reflexionar hasta que es demasiado tarde. Cosas que se comprenden hasta que el suceso hace ya tiempo que ha vencido en vigencia.

 "El territorio de la infancia es misterioso" afirma al iniciar esa misma parrafada. De esos misterios dan fe trece relatos a lo largo del texto, distribuidos entre historias de chavos en diferentes edades: "los chicos", "los medianos" y "los mayorcitos". Varias veces premiado en su labor con las letras, Héctor Manjarréz, poeta, narrador, dramaturgo y ensayista mexicano se concede y nos brinda este repaso de infantes que no son siempre los mismos. Niños y niñas que van siendo diferentes en un tiempo y el otro:

"Conforme la Ciudad de México va creciendo, sus víctimas principales -las mujeres y los niños- nos miran desde éste retrato fidedigno, doloroso, humorístico y tierno de un tiempo que para ellos, qué eramos nosotros, era el presente."
contratapa

"Hacerse hombrecito" (título de uno de los relatos) puede ser tan complicado como eso de ir sabiendo y comprendiendo que las religiones son tajos de creencias que fabrican los hombres para sus conveniencias, como la creación derivada del emperador etíope Haile Selassie (de origen príncipe -Ras- Tafari Makunnen), mismo que dio a inspiración al jamaiquino Marcus Garvey para la promoción del movimiento social conocido como Rastafari. Hilarante la acción del jovencito Marco (protagonista del relato) cuando, al paso del emperador por las calles de la capital mexicana, habría gritado entre vítores: ¡Viva el Monofisitisismo! en una clara alusión a su reciente, retorcida y supuesta sapiencia sobre las corrientes de creencias y pensamiento en el mundo. 

¿Vítores para un emperador extranjero en tierras republicanas? 

"porque en el fondo de todo individuo siempre late el vehemente deseo de proclamar a todo pulmón su gran amor y abyecta obediencia a l´Empereur, a ti, César."

p. 127-128
contesta el autor con absoluta socarronería.

O ese ir instalándose en las incertidumbres del mundo con sus acontecimientos sorpresivos, en medio de la inconmensurable y silenciosa guerra que vive latente y no declarada entre los sexos. Esa que se va instalando desde todos los flancos, que se queda estancada o se va transformando con el paso de la historia universal y de los tiempos:

"Si habían oído de la Revolución en Cuba, les importaba tan poco como un golpe de Estado en Nicaragua, o Argentina o el Congo belga: así eran esos lamentables países, no como nosotros.
Pero Olga y Marco sí sabían más.
-¿Que pasa Marco, tienes algo qué decir? -lo desafió Olga con media sonrisa.
Como siempre con las hembras, Marco no tenía la más tenue idea de si lo incitaban a quedarse o esfumarse, si le coqueteaban o se burlaban de él."
p. 131

Y como este, se van a encontrar con una serie de necesarios repasos y reflexiones que de infantiles tienen sólo la edad de los protagonistas.


Por su parte, la antología personal del escritor boliviano Edmundo Páz Soldán y titulada Tiburón consta de 21 cuentos, en los que

"...el lector encontrará aprendizajes que dejan cicatrices imposibles de ocultar: el paraíso perdido del placer adolescente, las aventuras donde el azar tiende sus redes, la seducción de la violencia. Pero también las entradas al sexo y sus embrujos, las pasiones que ofrecen un instante de felicidad antes de dar paso a la amargura."
contratapa

Suena, efectivamente, a confesiones y nostalgia.

Desde el solitario erudito Benjamín Laredo, creador de pulcros e impecables crucigramas pero que pierde la compostura en la búsqueda letrada de una misteriosa mujer, -pasando por Tiburón, el especímen mujeriego y truculento que habría de morir de manera trágica-, hasta los inverosímiles Jerom y el perro llamado Martini & Rossi, embarcados en balaceras góticas e historias con bichos raros, los cuentos de Paz Soldán tienen, cierto es, una alta carga intimista.

"-Tiburón murió anoche. Manejaba después del baile de máscaras, estaba pasadísimo y se distrajo. Terminó en el fondo del Rocha, los nudillos destrozados, parece que golpeó las ventanas hasta que se quedó sin aire. Qué desesperante, ¿no? Esa manera de morir no se la deseo a nadie."
p.25

Un tiburón que muere por asfixia sumergido en el agua. ¡Hágame usted favor!



Buscando en internet material para leer con origen Caribe, en este caso en particular con factura en la República Dominicana, me encontré con esta conjunción de 14 cuentos que en 2005 fue galardonado con el Premio Nacional de Cuento "José Ramón López". 

Me quedé a medias. Justo a la mitad: en el cuento que lleva por título el mismo que el libro Los derrotados huyen a París. No encontré la asociación del título con el cuento, lo cual terminó por inducirme a la pausa, al corte, porque lo leído hasta entonces no me motivó en ninguno de los aspectos que una lectura que agrada puede hacerlo.

Muy planos y monótonos los relatos sin un remate que de sentido a las historias mismas. Quedarán para otro momento. Por alguna razón han sido premiados.

Más aún, el reconocido autor José Acosta es un poeta, narrador y comunicador social dominicano de la diáspora reubicado, como la mayoría, en Nueva York. "Como narrador ha recibido numerosos galardones, entre ellos el Premio Nacional de Cuento Universidad Central del Este (2000), con El efecto dominó; el Premio Nacional de Novela (2005), con Perdidos en Babilonia" y el que obtuvo con el libro que aquí se comenta.

"En 2010, una novela suya estuvo entre las 10 finalistas del XV Premio Fernando Lara de Novela, de la editorial Planeta. En 2011, fue finalista del Premio Internacional de Cuento Juan Rulfo, de Francia, y ese mismo año volvió a ganar el Premio Nacional de Novela con La multitud. En 2015 obtuvo el Premio de las Américas, de Cuba, con la novela Un kilómetro de mar."
(Las citas son de los Datos Biográficos, al final del libro comentado)

Con esas credenciales, parece evidente que algo esta sucediendo entre los cuentos del texto y este lector. Aún así, he encontrado la veta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

Sobre el dinosaurio camaleón

No hubo “corcholatas”