Se busca una lágrima. ¿A Buda le da por llorar?

Por aquí y por allá. Que esto y lo otro. Al derecho y al revés. De atrás hacia adelante. El relato se altera alternándose en dos tiempos en reversa a una velocidad constante. Los manejos de los cronómetros no son convencionales para que logren, al final, encontrar su punto de confluencia. Como una manufactura a dos manos. Estos tiempos no están para menos.

Es bueno el experimento. Funciona. Entretiene y atrapa la atención. Nadie pude llamarse a engaño, ni habrá de perderse entre vericuetos de línea torcida.

Si alguna vez Buda derramó lagrima perfecta desde luego que sería una joya inigualable lo cual, a la vez, la haría invaluable. Deseable. Pues como será que en la larga historia de esta historia sí sucedió y, como también suele acontecer, después de un largo recorrido entre malas artes y bajos instintos, vino a parar a nuestro terruño en manos de fayuqueros de Tepito.

Pero no para guardarse sino para ser el objeto del deseo de lo que saben que es (aunque no todos saben lo mismo), y porque lo saben la quieren. El que la recupere primero se premia a sí mismo con el trofeo de la codicia.

Pero para encontrar la mejor prenda no basta con buscar; hay que hurgar, no importa como ni donde:

"Y acaso es por eso que tuvo ese golpe de claridad, porque a sus treinta y dos años estaba de rodillas en un desolado desierto texano, disfrazado como héroe de una galaxia muy muy lejana, metiéndole la mano en las tripas a un paisano muerto."

Sobre la base de esta estrambótoca idea el autor monta una secuencia hilarante de acontecimientos accidentados, cómicos y dramáticos, tan crudos, vulgares y brutos como sus protagonistas. Como México no hay dos y como los mexicanos tampoco. En el territorio propio y en ajenos. En el "otro lado". 

La novela fue reconocida con el Premio Nacional (mexicano) de Novela Negra "Una vuelta de tuerca" en el año 2007.  Antonio Malpica, el autor, ha obtenido otros galardones más como el Barco de Vapor, el Gran Angular, el Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos y el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil Castillo de la Lectura. Las credenciales demuestran suficiencia.

De otras de sus obras que vayan cayendo en las manos, estaré haciendo registro.


Antonio Malpica

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