Otra forma de turistear en territorio maya

Enterados del promocional que ofrecía un recorrido pintoresco de dos días por las comunidades de Tihosuco y X-Cabil de la zona maya, en el marco de las conmemoraciones de Día de Muertos, nuestro primer contacto telefónico fue con Daniel Un Kuyoc de la empresa Km 50 Tours. A partir de ahí todo fue muy sencillo y satisfactorio. 

Traslados, hospedaje y comidas en viviendas de la comunidad (Tihosuco), visitas a lugares de interés histórico, turístico y patrimonial, senderismo para avistamiento de aves. Participación en la preparación de alimentos. Encuentro nocturno con miembros de la comunidad para conversar sobre tradiciones, leyendas y anécdotas ante las ofrendas a los difuntos.  Visita a X-Cabil y el sorprendente atestiguamiento de la primera Primicia que integra a una mujer de la comunidad (ver nota aparte). Más comida. Más internamiento en la cotidianidad. Mucha charla amena y muy buen ánimo relajado y coloquial. Como si hubiésemos ido a visitar a unos viejos amigos.

Daniel junto con Marcela Puc (nuestra generosa anfitriona en X-Cabil) y otros jóvenes "turisteros" de la región forman el grupo que se denomina Km 50 Tours (según ellos nos dicen, el nombre hace referencia a la original denominación de la hoy cabecera municipal de José María Morelos, que proviene de un antiguo campamento chiclero). Para atendernos se han coordinado con Felipe Dzidz quien tiene su propia agrupación de promotores turísticos locales (Tihosuco Histórico) con asiento en dicha comunidad vecina (pionera de la Guerra de Castas) que forma parte del municipio de Felipe Carrillo Puerto. 

Cada cual aporta sus fortalezas en un contexto integrado en el que la geografía política oficial que separa a dos municipios se disuelve ante el peso de una cultura única regional. Es un vértice de lo que genéricamente se conoce como la Zona Maya. 

 

Daniel, Armando, Lilian, Maru, Alex y Marcela en el atrio de la iglesia de X-Cabil / foto tomada por Felipe Dzidz (Tihosuco Histórico)

Ahí hay alguien que está haciendo bien su trabajo. Con solo conversar un rato con estos jóvenes entusiastas (todos ellos conocedores de su entorno, estudiosos de sus fortalezas turísticas y culturales) uno puede darse cuenta que la escuela de turismo regional les ha inculcado la necesidad y conveniencia de promover el turismo alternativo en sus respectivas comunidades. Estimula su propia convicción para regresar a ellas y fortalecerlas con sus nuevos conocimientos y metodologías para atraer visitantes y poder guiarlos con buena atención. El objetivo es mostrar sin alterar, cuidando el entorno y a su propia gente.

Lo logran a cabalidad.

Conservar costumbres y tradiciones es condición vital para la comunidad maya, empezando por el uso cotidiano y regular de la lengua originaria. Y como esa muchas más. Cerrarlas en su íntima cotidianidad ante los intrusos ojos ajenos ha sido la más profunda de sus líneas de resistencia frente al acecho externo, después de una larga cadena de intromisiones, agresiones y alteraciones que van desde la invasión española, pasando por las humillaciones de desprecio inhumano que dieron origen a la prolongada Guerra de Castas, hasta llegar a la reciente ola de apropiación comercial, abusiva e impune, de "lo maya" por parte de los grandes consorcios turísticos nacionales e internacionales. 

Este es, entonces, un buen intento de promover el turismo en donde mismo pero de otra manera. Con otra perspectiva. Directa. Comunitaria. Respetuosa de la diversidad cultural. Compartiendo sin distorsionar ni alterar para aprovechar, desde los pueblos mayas mismos, los beneficios de una actividad que es hoy un motor económico en el mundo.

Muy recomendable.