Cancún 50 años: multicultural y tolerante


Este 2020 Cancún está celebrando su 50 Aniversario. Para efectos históricos es una ciudad muy reciente. Bisoña.

Tal vez por eso sus élites económicas e intelectuales no atinan aún al punto de encuentro identitario. En el marco de la celebración, -y en lo se deja ver como un juego de egos-, se han enfrascado en una especie de guerrita infantil por el protagonismo y en una disputa (inevitable ésta, me parece, cuando todavía están presentes muchos de los actores de la etapa fundacional), por hacer valer la visión y la versión propia de “la verdad histórica”.

El desafío empieza desde la fecha misma a celebrar. Oficialmente se ha establecido el 20 de abril, pero no todos la comparten. Aunque el caso más visible y contrastante es el de la imagen, el logotipo, que debe identificar a los festejos. A pesar que el Cabildo de la ciudad aprobó uno que se debe entender como oficial y que difunde la autoridad municipal, no han faltado los protagonismos que, en eventos diversos, se publicitan y presentan con otros logotipos.

Con esas contradicciones públicas, seguramente a los ojos de un visitante observador, Cancún no se reconoce a sí misma como una sociedad unificada. Lejos estaría, entonces, de contar no sólo con una “historia oficial” sino también con la tan anhelada y debatida identidad cancunense homogénea. Esa que sea aceptada, reconocida, respetada y abanderada con orgullo por todos sus habitantes.

Aún así, Cancún es la tierra de todos.

Construida, cada día de su joven existencia, por migrantes de todas latitudes (que no dejan de arribar), Cancún debe reconocerse como un gran punto en el que se encuentran los diferentes. Identificarla por su capacidad de aceptar, absorber, integrar e incluso proyectar una amplia y compleja diversidad cultural. Cancún estimula para que los diversos se expresen, se encuentren y, eventualmente, se fusionen en algo nuevo. Ya llegará el momento.

Lo obvio, entonces, es que en este aniversario emblemático estemos obligados a aceptar explícitamente y resaltar a la heterogeneidad como un valor y una fortaleza de la ciudad.

Cancún, en sus primeros cincuenta años, es ya una capital de la multiculturalidad y de la tolerancia. Eso es lo que debemos festejar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

Sobre el dinosaurio camaleón

No hubo “corcholatas”