Gobiernos locales y el fuchi a la corrupción


A estas alturas de la 4T, los primeros que deben entender y atender el mensaje presidencial real, que está envuelto en el divertimento del "fuchi-caca", son los gobiernos locales arropados bajo el manto de Morena. Todo, en realidad, pero principalmente los identificados con Morena: el eje central de su discurso y de su actuar debe estar en torno a combatir el problema de la corrupción

De lo contrario, tarde o temprano será hacia ellos a quienes se dirija el implacable dedo flamígero acusador y los mande... al fuchi. Porque el argumento complementario a aquel de que las escaleras se barren de arriba hacia abajo, es el de que el ejemplo se pone desde casa.

"Arriba ya no hay corrupción" nos dice y repite a gritos el mandatario, lo cual presupone que abajo sí. Todavía. 

Sobre aviso no hay engaño. No es advertencia, sólo anuncio de ocasión.

Lo demás son frases para imponer la agenda diaria del entretenimiento y para que se enojen y se distraigan los detractores (se les llama oficialmente adversarios). Llama la atención, por cierto, la facilidad con la que éstos se enganchan con semejantes provocaciones. No hacen caso de las verdades y confesiones que se les dicen y se engañan solos: como aquella de que el Presidente reconoce públicamente tener un diablito que todos los días le sugiere decir y hacer cosas para hacerlos enojar. A estas alturas del acontecer diario, cualquier observador sensato de los modos del Presidente sabe que de eso se trata.

Los autoproclamados y los señalados como enemigos no son preocupación presidencial y lejos están de su interés para convencerlos  o convertirlos. Al contrario: son su pera loca y les da duro diario. Ellos felices haciendo "super virales" sus inocuas respuestas, insultos, "memes" y demás desfogues escatológicos en las redes sociales. Temas modernos para la psicología social. En contrapeso, el titular del Ejecutivo cuenta a su favor con una parte del graderío que sale al quite.

Pero los políticos y los gobiernos que hacen causa común con la 4T no se pueden confundir: un animal político con poder lo que dice, gesticula y exuda todo el tiempo son señales y determinaciones políticas, aunque se vista de pan o se estremezca de "guácala".

El mensaje contra la corrupción está dado y reiterado. Que cada quien se haga cargo.

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