La otra versión de los hechos


Lo leí primero en el artículo de Hermann Bellinghausen en La Jornada del lunes 27 de julio, cuyo titulo admitía la curiosidad: "No es el virus".

Si los virus son solamente rastros que se encuentran en la escena del crimen. ¿Cuándo fue el crimen?. ¿Quién lo llevó a cabo? ¿Qué evidencias arrojan los rastros?

Me fui a buscar, entonces, al autor de la idea. Ariel Guzik la desarrolla en una reflexión muy bien informada y con su propio título evocador: La húmeda virtud del llanto.

Lloremos por los muertos, que de todas maneras e inevitablemente moriremos. ¿Quienes son los responsables por los de hoy, los que no han podido resistir al virus de la pandemia que nos tiene escamados y encerrados?

Vienen de lejos. De antes.

"Me parece necesario exonerar al virus de su papel de causa única y foco central de este fenómeno. Tanta mirada del mundo puesta en esa entidad inasible lo sobrecarga de significados...
..Pretende hacer olvidar que buena parte de nuestra capacidad para el bienestar radica en nosotros mismos y en nuestra comunidad: en nuestras creencias y conocimientos ancestrales, en nuestros afectos y alianzas, formas de alimentación y otras tradiciones. El virus, sofisticado como es, en su monstruosidad o en su belleza, conforma solo una de muchas posibles escalas de observación y manejo de este trance, y es solo uno entre la infinidad de actores protagonistas de esta tragedia."

La complejidad biológica de la pandemia se ha encajonado en una narración basada en cuantificaciones y estadísticas que, desde mu punto de vista, son pobremente comparables contra algún asidero útil y para una solución de fondo sirven de muy poco.

Se ha dicho tantas veces sobre la importancia de rescatar y preservar las tradiciones alimenticias y sobre los desórdenes alimenticios y nutricionales provocados por las necesidades ficticias creadas por la publicidad, la propaganda comercial y la abultada oferta de "productos chatarra" que todo, debate y consumo, lo hemos normalizado como parte de una cotidianidad acostumbrada a seguir la inercia de los económicamente más fuertes.

"Nuestra medicina pública y privada se enfoca muy poco en la prevención de la enfermedad y sus causales. El veneno, en múltiples presentaciones, circula libremente por el mundo."

En su errática y desarticulada narrativa sobre la pandemia el Presidente de la República ha tenido que reconocer que el impacto en fallecimiento mexicanos está vinculado a las históricas y deterioradas condiciones de la salud pública en la que abundan obesos, diabéticos e hipertensos. Politizado el tema, los detractores solo atinan a reprocharle que esté transfiriendo su responsabilidad al pasado. Puede ser cierto... pero lo es también que ahí hay un problema social que no se resuelve que la llana defensa del derecho individual a envenenarse y morir como cada quien quiera.

De circulación en redes. / Crédito a quien sea autor

"La salud preventiva no parece ser rentable para las industrias de medicina y alimentación, aunque debiera serlo para la sociedad y el Estado."

No lo es, porque el esquema de negocio trafica con el consumo de fármacos. legales en este caso. Entonces sucede que si la autoridad sanitaria, frente a los hechos consumados tan evidentes como dañinos, se atreve a desafiar a los grandes consorcios del veneno que legal y libremente circula por el mundo, el tema se politiza y no faltan los consumidores y sus voceros que reclaman el derecho a su inalienable libertad de ingerir lo que les de la gana.

La pandemia del Covid-19, con impacto de magnitud universal inédita hasta ahora, debiera dar para abrir seriamente este debate en la sociedad. Si seguimos como vamos pues, simplemente, luego vendrán otras. 

Monterrey después de las inundaciones del huracán Hanna, 27 julio, 2020

Lean artículo completo. Vale la pena. Si quisiera extraer lo mejor tendría que ponerlo todo.

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