...y entonces el Secretario ratificó que las playas son de todos
Hay una serie de desafíos para acceder a eso que hemos llamado “la nueva normalidad" y que aún no existe. Tenemos que inventarla.
Aquí uno de ellos. Sucede en Cancún:
La crítica situación económica que amenazante se acumulaba obligó a la reactivación paulatina de actividades en pleno ascenso de la pandemia. Se apeló a que habría suficiente información preventiva para la población y a la civilidad de ésta para cumplir con los protocolos y las medidas sanitarias recomendadas.
Abrieron algunos centros de hospedaje en la Zona Hotelera que es zona de playas. Llegaron turistas con acceso permitido a éstas. No para los locales ni para los visitantes hospedados fuera de la zona. Desilusión.
Alguien creyó ver normal que, por mientras, aplicara un derecho seccionado. Los hoteleros apoyan. Al fin y al cabo se trata de estimular la reactivación del sector eje, el turístico: que lleguen y se sientan seguros los visitantes que son los que pagan.
Descontento. Apelaciones.
El Presidente de la República se entera y pide a su Secretario de Turismo que cheque eso de la privatización de las playas. No puede ser. Al pueblo lo que es del pueblo.
El Secretario se ve obligado a declarar: “En México no hay playas privadas, son de todos los mexicanos”.
¿Significa eso que ya todos podemos pasar? ¿Acceso libre a las playas? ¿Todos coludos o todos rabones?
Los hoteleros reaccionan: ¡No las abran! Se van a desatar los contagios masivos (y se pierde la exclusividad para la clientela, claro está).
¿Entonces? ¿Cómo quedamos?
En esas estamos y no es fácil de resolver. La intervención presidencial puso las cosas en “todos o ninguno”.
¿Alguna solución intermedia?
Tal vez la respuesta esté en identificar si las playas son lugares de alto riesgo para los contagios y si se pueden diseñar procedimientos para el acceso público con prevenciones y controles aceptables.
Cerrarlas nuevamente para todos sería un contrasentido que desalentaría el impulso a la reapertura económica.
Todo un reto para la nueva normalidad.
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