Si Morena se duerme, lo madrugan
Excesivamente confiados se les ve en Morena una vez iniciado el proceso electoral federal. Diría que sobrados.
Como si tuvieran en la bolsa el resultado de las urnas y con ello escriturado el futuro del país, siguen ocupados en las interminables disputas internas por controlar los cargos directivos en el partido y las candidaturas por venir de aquí hasta 2024. Con ese horizonte en mente no ven oposición digna de su tamaño que les pueda hacer sombra.
Pueden estar cometiendo un error de apreciación. Cierto es que el cambio abrupto de la relación de fuerzas electorales desde 2018 dejó a todo mundo pasmado, principalmente a las nuevas oposiciones; pero es obvio que también a Morena que se comporta con una mezcla de soberbia y vértigo por el éxito repentino sin terminar de acomodarse en su condición de partido mayoritario y en el gobierno central.
Pero no en todos los gobiernos. Las demás fuerzas políticas mantiene influencias regionales y locales en diferentes grados y niveles. Desde ahí están resistiendo, reaccionando y actuando progresivamente, intentando sus propios acomodos en la nueva circunstancia.
Nada está dicho. Quién mejor se adapte a sus nuevas condiciones obtendrá ventajas para las contiendas próximas. Se podrá argumentar que Morena mantiene las preferencias que aún le endosa la popularidad del Presidente de la República. Puede ser, pero sólo parcialmente.
En lo local, cuando aparecen los nombres de candidatos, las preferencias se ajustan y hasta se cierran. Ahí Morena se puede equivocar porque no tiene formas claras y de consenso para procesar sus propuestas sin que le generen conflictos. Se puede equivocar en los nombres pero también en mostrarse como una opción inconfiable. Se tropieza tanto consigo mismo que eso se aprovecha y estimula desde la acera de enfrente.
En un estado como Quintana Roo donde en la elección del próximo año no estará en juego la gubernatura sino que ésta forma parte de la contienda desde la oposición a Morena, la disputa por los ayuntamientos (tal vez más que por las diputaciones federales) no será un paseo para el partido mayoritario. En ocho meses pueden suceder muchas cosas. Y si no es en ésta, se prepara la próxima.
Cuando una muralla es resistente a caer de un solo empellón su merma puede ser la humedad atacando desde su base y los lados frágiles. Con salitre. Persistentemente. Un día tras otro. Está sucediendo aquí, a la vista, y eso no se registra en las encuestas.
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