Quintana Roo, transformación en marcha


Recuento breve del triunfo de la esperanza.
Inéditos resultados, nuevo escenario, renovadas expectativas.

Cambio electoral radical.

En el lapso de un año, dos elecciones constitucionales han sentado las bases para un cambio inédito en el panorama político del estado de Quintana Roo, mismo que abre posibilidades para transformaciones profundas y duraderas.

En julio de 2021 los comicios para renovar a los gobiernos municipales pintaron de guinda al estado. 8 de 11 fueron ganados por la Coalición “Juntos Hacemos Historia”, otorgando siete a Morena y uno al partido Verde. Los otros tres se repartieron entre el PAN (dos) y solamente uno para el PRI que en tiempos no muy lejanos era el amo y señor, hegemónico, del territorio. 

En junio de 2022, la gubernatura del estado y el Congreso local pasaron, también, a las manos absolutas de Morena y sus aliados. De los 15 distritos en disputa, todos fueron obtenidos por los partidos de la coalición.

La joya de la corona de este transformador cambio radical es que, por primera vez, una mujer será gobernadora: María Elena (Mara) Lezama Espinoza.

En estricta justicia histórica, este no fue un “rayo en cielo sereno”. Como la misma Mara reconoció en los eventos públicos de agradecimiento por el triunfo, ha sido el resultado de una larga, sólida y consistente presencia electoral de la izquierda (que en momentos críticos sufrió fraudes severos y persecuciones). Como ejemplo, en Quintana Roo las candidaturas presidenciales de la izquierda siempre obtuvieron la más alta votación, ya fuera para Cuauhtémoc Cárdenas como para López Obrador.

Las mujeres al poder.

El futuro próximo de Quintana Roo ha sido puesto en manos de las mujeres. Voluntad popular. No solamente porque una mujer será gobernadora, que ya es un acontecimiento en sí. El año pasado, 7 de los 11 municipios fueron conquistados por mujeres, iniciando una experiencia de gobierno que está en curso. Y este 2022 los electores decidieron llevar a 16 mujeres a las curules de un total de 25 que conforman el Congreso de Estado.

No solo se está cumpliendo la obligación normativa de la paridad de género, sino que -conquista por derecho propio- el reconocimiento y la confianza que han obtienen las mujeres para hacerse cargo de la vida pública quintanarroense es signo de una sociedad dinámica y moderna.

Nuevo escenario político

La composición política del estado también presenta cambios significativos. El PRI prácticamente ha sido borrado del mapa. La alianza PAN-PRD, que gobierna el estado, sobrevive en condiciones testimoniales (el segundo no tendrá diputado local después de muchos años de presencia consistente). Morena será el partido mayoritario con un 32% de los sufragios acreditados directamente pero, si observamos detalladamente, encontraremos que el gran ganador de esta dinámica transformadora es el Partido Verde. 

Con presencia tradicionalmente focalizada en el norte de la entidad, especialmente en Cancún, y con un votación estatal promedio no mayor al 7%, en esta ocasión el Partido Verde se alzó con el 20% de los sufragios generales, convirtiéndose repentinamente en la segunda fuerza electoral del estado. 

En 5 de los 15 distritos locales obtuvieron la mayoría, incluido aquel en el que los aliados en la coalición mayoritaria fueron por separado. En la legislatura Morena tendrá 10 diputados propios mientras el Verde 7. Los otros ocho estarán repartidos entre PT, PRI, PAN, MC, Fuerza por México y el partido local Movimiento Auténtico Social (MAS).

En cuanto a gobiernos locales, hasta ahora el Verde administra solamente Puerto Morelos, el municipio más pequeño, pero en fecha próxima tendrán la responsabilidad del más grande y poblado (Benito Juárez-Cancún) al suplir, por un acuerdo político previo, la ausencia de Mara Lezama quien se había reelecto en 2021. Desde ese par de espacios estarán gobernando a mas de la mitad de la población del estado.

Aliado estratégico de Mara Lezama a lo largo de sus administraciones en Cancún y, presumiblemente, en el próximo gobierno estatal, el nuevo escenario político estatal prefigura para que el Partido Verde se juegue un “mano a mano” frente a Morena.

Dos de las pistas explicativas de este fenómeno son, en primer lugar, la focalización que ha realizado el Verde al presentar a Quintana Roo como su prioridad destacada en las negociaciones nacionales que, como aliado, tiene con Morena y con el poder central y, en segundo lugar, ha sabido instalarse como el receptáculo principal (selectivo pero plural) de liderazgos y actores políticos que se mueven hacia el espectro de la coalición gobernante, papel que en otros lugares lo juega preponderantemente Morena.

Transición tersa.

Mara Lezama es un admirable fenómeno electoral y político digno de observación. Proveniente de la sociedad civil no partidista supo aprovechar la ola obradorista en 2018 y, en carrera meteórica de apenas cuatro años, ha ganado dos veces la presidencia del municipio más grande y complicado, Cancún, y recientemente la gubernatura del estado. Ese ayuntamiento tenía fama de contar con una silla trituradora de aspiraciones. Ningún alcalde antes pudo lograr lo que Mara.

Las claves de este éxito se pueden resumir en: presencia electoral cautivadora y muy bien comunicada, ejercicios de gobierno eficaces, gran capacidad para sumar y ahora un incuestionable liderazgo político ejercido con firmeza. 

Lo anterior le brindó a Mara Lezama la oportunidad, bien aprovechada, para convertirse gradualmente en el vértice que condensa las intensiones y aspiraciones de prácticamente todos los grupos de interés y de poder locales, incluido los del gobierno saliente. El triunfo electoral con el 58% de los votos es la marca del proceso.

Ello permite que se transite hacia el cambio de poderes de manera tersa y ordenada lo cual, a la vez, ofrece la posibilidad de procesar con holgura tanto la conformación de su gobierno así como la renovación de la directiva local de Morena, en los términos que ha sido convocada a nivel nacional. 

Expectativas. Cambios por venir.

Como es de suponer, las expectativas populares son muy grandes dado el triunfo marcado con el sello del cambio verdadero. 

Con mayoría legislativa a su favor, el nuevo gobierno tiene condiciones favorables para atenderlas.

Contará durante dos años, por lo menos, con el bono del respaldo federal. Producto de gestiones previas realizadas por Mara, Cancún recibe fuertes inversiones federales para infraestructura de gran calado que habrán de dinamizar la movilidad poblacional y la actividad turística. Complementan las labores de construcción del Tren Maya.

El sector turístico se quiere expandir para aprovechar de manera creciente las potencialidades que ofrecen otras zonas del estado.

Sectores dinámicos más recientes claman por la diversificación, mediante la promoción y estímulo de nuevas vocaciones económicas.

Los más desprotegidos esperan su oportunidad: cerrar las brechas de desigualdad pide ser mas que discurso y deseo.

La creciente población joven aspira por educación, preparación y adiestramiento para ocupar puestos de trabajo más calificados y mejor remunerados. Mejores oportunidades para la vida.

Educación y bienestar tendrán que ser base en la pirámide del desarrollo.

El sur del estado cobra una deuda histórica pendiente. Su desarrollo se ha visto disminuido con relación al norte.

Lo mismo sucede con la zona rural, de fuerte vocación agrícola, internada en la masa continental con mayoritaria presencia de los pueblos originarios. Que el estado produzca lo más de los alimentos que el mercado local demanda.  

Y como esas… todas. El diagnóstico está hecho. La demanda social ha sido levantada a lo largo de la campaña.

En la composición del gabinete estatal, en el Plan de Gobierno, en el presupuesto anual y en la agenda legislativa del Congreso se podrá ver la ruta que tomarán las soluciones.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

Los Corta Mechas