El mundo hacia el 2030

En la Cumbre para el Desarrollo Sostenible llevada a cabo por la ONU en septiembre pasado los países miembros, entre ellos México, aprobaron la Agenda 2030 compuesta por un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad, la injusticia y hacer frente al cambio climático.

Los países deberán incorporar la agenda en sus planes de desarrollo y hacer que se convierta en políticas públicas factibles con indicadores mensurables. Suena muy bonito pero está visto que nada de lo socialmente útil que se plasma en el papel se hace realidad si la sociedad misma no se involucra para lograrlo. Además, los analistas internacionales reconocen que en toda América Latina  es imprescindible que se adopte un cambio en el estilo de desarrollo y en las políticas económicas, industriales, sociales y ambientales: no se pueden obtener resultados diferentes si se sigue haciendo lo mismo. La indignidad de la pobreza se mantiene lacerando.

Los ODS, también conocidos como Objetivos Mundiales, apuntan a una serie de ámbitos que incluyen la reducción de la pobreza, el hambre, las enfermedades, la desigualdad de género y el acceso al agua y saneamiento.

Vuelvo al tema de las aspiraciones de quienes quieren gobernar. No importa el nivel. Hay rutas generales para resolver lo básico y urgente. Es cosa de aplicarse, adoptarlas y adaptarlas.