¿De quién fue la idea?

Me acabo de enterar que el reconocimiento legal y, por lo tanto, la viabilidad del gobierno estatal que habrá de encabezar Carlos Joaquín estaba en grave riesgo de sucumbir por una demanda jurídica del Partido Verde que habría demostrado en los tribunales que ese triunfo electoral fue producto del cochinero propagandístico, la manipulación, la compra del voto y el fraude más aberrante. Y yo que pensé que solo se trató de la voluntad ciudadana harta de un gobierno insufrible y volcada a las urnas, como nunca, para motivar el cambio por la vía legal, electoral y pacífica.

Parece que estaba equivocado como (casi) todos, seguramente, pero afortunadamente la dirigencia formal del PRD que encabeza Emiliano Ramos ha estado al alba, muy atento, y ante la amenaza actuó de manera rápida y contundente para evitar lo que hubiera sido una desgracia para el estado. La fórmula que utilizó para detener la furia verde antes de que hiciera el daño fue infalible: perdonarle publica y legalmente su propia marranería electoral con la que se apoderó del municipio de Benito Juárez, a cambio de quedar tablas. Una joya de movimiento imaginativo y brillante del complejo ajedrez de la política, ese que pocos entienden. Me alivia que el deseo mayoritario de vivir un tiempo de cambio en el gobierno estatal haya sido salvaguardado.

Dicho con sus palabras como las reporta la prensa: "Es un acuerdo que no tiene ningún trasfondo oculto, no pactamos espacios en la administración, no pactamos nada más que desistirnos en una elección que perdimos por más de 50 mil votos, a cambio de que ellos (PVEM) se desistieran de una elección de gobernador que perdieron por más de 50 mil votos”, precisó.
Ramos Hernández puntualizó que el PRD prefirió defender un triunfo que pelear una derrota, sobre todo porque Carlos Joaquín ya inició el trabajo de transición y de esta forma lo dejan libre de cualquier impugnación de la elección a gobernador."

Vamos por partes. Por si alguien tiene duda sobre la mentalidad y el estilo de hacer política que predomina hoy en un sector de políticos que manejan o administran una parcela de poder, nada más tiene que abrir los ojos frente a este hecho. No tienen rubor ni empacho en dejar correr la impunidad porque simplemente se negocia. Se tolera y se pacta. Los contendientes políticos pueden hacer lo que quieran. Cada quien se queda con lo que arrebata. El que se pone más listo gana. Al final, tú me perdonas y yo te perdono. Me dejas con mi pizca; respeto la tuya. Todos nos perdonamos y no pasa nada. Además, con extraordinario desparpajo que sorprende, lo anuncian y lo justifican hacia todos los vientos como un gran acontecimiento. Un reino maravilloso donde la ley no importa y la voluntad ciudadana se puede ir a… esperar que lleguen las próximas elecciones para darle su despensa.

Pero ese es solo el principio básico de esa forma de pensar y hacer la política. Y con ese principio se quiere aplicar el método a cualquier circunstancia. Dejando la ironía de los primeros párrafos lo primero que salta a la atención es el supuesto de igualar una elección con la otra. ¿Son equivalentes en términos de circunstancia como para considerarlas mutuamente neutralizantes? Es decir, ¿lo que hicieron el Verde y el PRI (sobre todo el primero) para hacerse de Benito Juárez es lo mismo que hizo la coalición PAN-PRD para ganar la gubernatura? ¿Por qué si le resultó para obtener ésta no lo hizo también para reconquistar el municipio más grande e importante? Suponerlo desde el PRD suena a auto descalificación y a ofensa para sus aliados y candidato porque las evidencias apuntan al desborde mafioso de los contrincantes. Entonces, ¿la impugnación interpuesta por el Verde contra el triunfo de Carlos Joaquín tenía la misma posibilidad de éxito que la que muestra sus trapacerías publicas, cínicas y evidentes? ¿De verdad?

La otra ofensa es, desde luego, para Julián Ricalde, el directamente afectado por esa basura que ahora se mete debajo de la alfombra. Por la reacción pública se ve que le pasaron por un costado sin consultarle, lo cual debilita su posición no sólo frente a la disputa por los resultados de la contienda pasada sino que también, y principalmente, vulnera la condición política que representa y la que pudiera representar.

Quien quiera que haya tenido la ocurrencia de pactar el desistimiento y de ejecutarlo de esa manera alcanzo a dar un golpe de varias bandas:

  • Le despeja la incomodidad al nuevo gobernador (el argumento de Ramos) aunque a mi parecer no lo necesitaba. Ni siquiera para generar acuerdos. Eventualmente si el Verde lograba sortear la impugnación la relación jerárquica e institucional entre gobiernos es más que suficiente, como se tendrá que hacer con todos los demás.

  • Obliga a pensar, por tanto (como lo afirman los detractores de Ramos), en otros tipos de arreglos menos confesables que darían beneficios muy particulares a quien los estableció y acaso a su entorno cercano.

  • A menos que las prebendas que por esa negocia se obtengan sean superlativas (lo cual dudo) el efecto más importante de la transacción será político y no precisamente para bien del PRD como opción partidista y de la izquierda en general. Pugna interna. Debilitamiento de una de las partes debilitando al todo. División y fraccionamiento. La banda es primero. Pura malicia si la decisión vino de afuera. Subordinación. Se impuso nuevamente la ya rancia y autodestructiva compulsión de privilegiar la vendetta interna aunque al partido y a la izquierda se los lleve la tristeza.

¿A quién le conviene la dispersión, el debilitamiento de la izquierda al empezar esta nueva etapa?

Si se quiere reconstruir un liderazgo social y la influencia electoral (con los plazos de por sí acotados) habrá que arar sobre las respuestas necesarias, sin obviar nada y sin concesiones, para identificar los desafíos, las posibilidades, las alianzas, los limites y la frontera de los alcances. Actuar en consecuencia, claro, lo cual es previsible que en varios sentidos signifique remar contra corriente. De lo contrario, con el menor esfuerzo y en nombre de las causas justas se pueden cerrar los ojos y cada quien a lo suyo. 

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