La Nueva Escuela Mexicana y la democracia desde abajo

La versión más reciente del Plan de Estudios de la Educación Básica 2022 es mucho más que eso ya que, dado el cambio de época que vive el mundo, “quizá un cambio de orden civilizatorio”, se advierte la necesidad de “repensar la educación de una manera radicalmente distinta”.

A partir de esa necesidad, el documento perfila la filosofía, la visión y los lineamientos generales que el gobierno federal propone para modificar las relaciones de poder en la sociedad, empezando por la escuela, que deberá transferir su centro de gravitación hacia la comunidad.

La estrategia se propone establecer la Nueva Escuela Mexicana que estará diseñada para impulsar la Educación Comunitaria: involucrar a la escuela (en su conjunto) con la comunidad, a la vez que se integra a la comunidad en el proceso educativo de niños y jóvenes. El objetivo es llevar a cabo la educación para la democracia. Democracia directa. Desde abajo.

En cuanto a metodologías y contenidos, las directrices del Plan son muy amplias y variadas. (Sugiero revisar el documento completo).

A modo de síntesis, con riesgo de ser muy esquemático, solamente diré que frente al sistema tradicional de la escuela como “el templo del saber”, los maestros sujetos activos de la enseñanza, los alumnos objetos pasivos del aprendizaje, los contenidos disciplinares universales y las evaluaciones por acreditación y calificaciones, se propone incorporar a la comunidad involucrándola en las decisiones de la escuela, a la familia acompañando a los maestros, considerar a éstos y a los alumnos como sujetos activos del aprendizaje en común, a los saberes comunitarios específicos como parte de los contenidos y flexibilizar la evaluación formativa para acompañar el ritmo y las condiciones de cada estudiante sin tener que reprobarlos.

El tamaño del reto empieza con el hecho de que los contenidos a trabajar en el aula deberán ser determinados por cada maestro, de acuerdo con las condiciones de la comunidad y de los estudiantes correspondientes.

Según datos oficiales, el modelo es resultado de miles de consultas digitales, cuestionarios, foros participativos, diálogos educativos y ciudadanos consultados.

A pesar de ellos, hasta ahora poca atención pública ha merecido y las opiniones se han restringido a especialistas interesados en el tema. 

Aquí el foco lo quiero poner en las definiciones filosóficas, ideológicas y en el impacto que pueden tener en la vida pública y en la política. 

Hemos dicho que la democracia es una de las grandes asignaturas pendientes que dejaron en el país las grandes transformaciones precedentes. Hasta ahora, este Plan de Estudios es el documento en el que se plasma de manera más clara y definida la visión de la 4T sobre la democracia y se decanta por impulsar la democracia directa. No es en los documentos partidistas que la conforman, ni en las iniciativas legislativas para las consultas públicas como las de enjuiciar a los expresidentes o la revocación de mandato, ni siquiera en la iniciativa para la reforma que modifica al INE y las reglas del juego electoral.

Es en el tema educativo donde está puesto el énfasis de la democracia participativa, lo cual por sí mismo ya es todo un mensaje.

La apuesta es desde abajo en los dos sentidos: desde los niveles más directos e inmediatos, donde suceden los hechos que involucran a las personas en comunidad, y desde las nuevas generaciones para que de manera temprana asuman ese compromiso colectivo. 

Dar el paso desde las condiciones actuales no será fácil. Hoy México es más urbano que rural. A pesar de las aglomeraciones, más individualista debido a las dinámicas económicas y a los medios digitales de comunicación. En cierto sentido, en cuanto al flujo de la información, más universal que provinciano. Los contornos de las colectividades son más complejos y variados.

Se deduce, por tanto, que para ser posible el proyecto democratizador desde abajo deberá contar con el concierto muy comprometido de maestros y de autoridades locales para que se involucren las familias y la comunidad organizada. Condición necesaria para que el ejercicio que inicia en la escuela tenga efectos de reacción en cadena hacia el resto de la sociedad.