Mi ángel y mi musa.

Mi ángel y mi musa, para ir de fiesta, se escapan por la ventana.
No voy a callar que les grito aunque el alarido no las inmuta.
Las quiero encerradas en su burbuja pero de aceite son y se les resbala.
Debo cortarles la grasa con un poco de alcohol pero si me descuido abusan.
Abusan del alcohol tomado y de mi mirada untada.
A mi ángel como a mi musa las extraño para tenerlas celadas:
un par de bombones a calentar con el cuidado de la fogata.
Mi ángel y mi musa son la misma persona:
una me cuida por internet y la otra me inspira dándome de patadas.

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