Entre el Mundial y la elección

Para efectos de atención masiva, podemos dar por terminadas las campañas electorales después de llevado a cabo el tercer debate entre los presidenciables. Mañana iniciará el Mundial de Futbol y se llevará, de filo, muchas de las miradas del colectivo.

El resultado, al final de esta etapa, está más que claro: a pesar de todas las adversidades, AMLO ha dejado tendidos en el camino a sus contrincantes. Debates incluidos. Se perfila como el preferido absoluto del electorado nacional. Las firmas de análisis internacional le dan hasta el 95% de probabilidades de ganar. La tendencia es equivalente a la que tenía seis años atrás Peña Nieto a su favor, misma que se confirmó en las urnas.

Queda, sin embargo, un pequeño rango en el margen de la incertidumbre. Por mínimo que sea, no se debe menospreciar cuando hay grupos de interés muy poderosos desesperados por encontrar la manera de evitar que López Obrador llegue a la Presidencia. No lo disimulan y tampoco se van a quedar quietos. No se dan por derrotados. La distracción futbolera de las mayorías les puede resultar propicia.

Esto es, con el Mundial llega el momento de reforzar las precauciones y redoblar la vigilancia. Tensar al máximo la fortaleza de los segmentos progresistas. Promover y movilizar. Cuidar a los votantes y cuidar el voto. Cualquier confianza en que “ya todo está cocinado” puede ser fatal. Nada es demasiado durante 18 días cuando lo que está en juego es el futuro de la nación. Casi nada.

Si la Selección Mexicana pasa a las finales ya será otra cosa. Y será posterior. Primero tendría que ganar el cuarto juego (si llega) y ese está programado para el 2 de julio. El día después.