Nicaragua, la pifia de Morena

El estupor no puede ser razón para el silencio ni para el autoengaño. La Nicaragua oficialmente sandinista (por lo menos le queda el nombre) esta asumiendo el papel invertido, el del sátrapa, como aquel al que le dio fin en 1979 mediante una revolución libertaria. ¡Quién lo dijera! En poco más de tres meses de intensas movilizaciones han sido muertos infinidad de manifestantes, en protesta contra un gobierno al que exigen que se vaya. Al momento de escribir esta nota se reportan 448 muertos en cien días. Aquello es una masacre. El Presidente (alguna vez) sandinista Daniel Ortega y Rosario Murillo ( su consorte y Vicepresidenta ) están contra la pared, resistiendo con metralla lo que no pueden detener con discursos y presupuesto. Sandino debe estar muy incómodo en su pedestal. Somoza se reirá desde su penuria. El rechazo internacional hacia esa barbaridad es cada vez más creciente, exigiendo el alto inmediato a la violencia oficial y aislando rápidamente a un gob...