Tiempos de recelo

La desconfianza en las instituciones no cede. Las causas comunes no reconocen en la cosa pública a su representante legítima. El individualismo se asienta en un reiterado sálvese cada quien como pueda y en esas aguas turbias y revueltas florecen los pescadores furtivos que se benefician con la violencia, la corrupción y la impunidad que las cobija. Hilan siete años de bajas en credibilidad / El Economista Decirlo y reconocerlo ya parece folclor, una normalidad discursiva dentro de nuestra anormal democracia. Una nota periodística, de las que no suelen ser noticia porque no es de tanto escándalo (aunque debiera) y sí da vergüenza, da fe de la confesión de parte nada menos que de una institución que debería contar con la primerísima confianza ciudadana. ¿Plan con maña? Frente a las elecciones presidenciales, si la institución que debería ser garante de la credibilidad democrática no genera confianza, la pregunta lógica es si vale la pena utilizarla. ...